Revista Acción: En primera persona

En primera persona

Octubre 2019

El cine es el camino elegido por una activista española para denunciar la violencia sexual. Historias de niñas esclavas, de víctimas de la prostitución forzada y su propia experiencia personal le permiten transformar el dolor en acción solidaria…

por Beatriz Chisleanchi

Mis viajes por el mundo como periodista me han llevado al corazón de mujeres que han sanado sus heridas

rompiendo sus silencios. Su eco está crean- do olas de valor –dice Chelo Álvarez-Stehle, directora del multipremiado documental Arenas de silencio. Olas de valor que se proyectó en Buenos Aires en el 2° Congreso Mundial Infancia sin Violencia y en el cine Cosmos, donde estuvo en cartel hasta el 4 de septiembre.

…Silencios y palabras, como parte de un mismo proceso, recorren el trabajo de Chelo Álvarez. Palabras individuales y colectivas, que salvan, que liberan. «La primera parte del título, Arenas de silencio, fue elegido desde que decidí incluir mi historia personal y la de mi familia. La segunda parte, Olas de valor, se me ocurrió cuando me di cuenta de que, en efecto, lo que empezó como denuncia del silencio, se había convertido en una oda al coraje de las supervivientes, y el efecto dominó de una persona rompiendo su silencio e inspirando a otra a romper el suyo propio, podría equipararse a una sucesión interminable de olas rompiéndose sobre la arena».

«Violencia sexual… Silencio, se abusa» | El Mundo

EL MUNDO

Por Rafael J. Álvarez Madrid

Un documental sobre la trata en el mundo acaba revelando los abusos sufridos de niña por la directora y la ocultación del acoso en la sociedad.

Hace unos días, en un colegio de Lleida, en un salón con un centenar de chavales entre los 14 y los 18 años, una adolescente se levantó, tomó el micrófono y dijo que en su familia había habido abusos sexuales. Cuando los chicos y las chicas aún estaban digiriendo el desgarro que acababan de oír, un joven confesó que todos en casa estaban preocupados porque el abusador de un menor de su familia acababa de salir de la cárcel. En noviembre, al finalizar un coloquio en un barrio de Madrid, un agente social de ese distrito contó que había sufrido abusos cuando era un niño. Y en Málaga, al acabar la proyección, una mujer emocionada verbalizó los tocamientos que un adulto perpetró sobre ella cuando era una cría. «Ocurre en cada pase. En México, varios niños contaron cosas como las que narra la película; en EEUU, sólo en un acto, cuatro hombres, llorando, dijeron que de niños habían sido agredidos sexualmente…

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«Las víctimas toman la palabra» Cárcel de Logroño – La Rioja, 13 enero 2017

 

El rodaje de «Sands of Silence» (Arenas de Silencio) a lo largo de casi ocho años sólo ha sido un aperitivo. Ahora es cuando realmente cobra sentido este documental sobre la violencia sexual; ahora es cuando la gente empieza a romper su silencio tras visionar este trabajo de la periodista y cineasta riojana Chelo Álvarez-Stehle (desde 1995 reside en Los Ángeles).

Ella estuvo el pasado 3 de enero en Logroño para presentar la cinta en el marco del festival Actual, un pase que llenó la filmoteca Rafael Azcona e incluso dejó fuera a numeroso público, y que quizá vuelva a repetirse en marzo en el mismo lugar.

Días después, Chelo compartió su trabajo con una treintena de reclusos de la cárcel de Logroño, un encuentro que ha marcado a esta mujer acostumbrada a lidiar en los campos de refugiados de Nepal, en los burdeles de Corea, en antros de India, México, EEUU… y a tratar cara a cara con mujeres allí explotadas y agredidas. Ellas son, precisamente, las protagonistas de ‘Arenas de silencio’, y quienes revelan ante la cámara los abusos sufridos. También lo hace la propia cineasta y varias mujeres de su familia, víctimas de personas ajenas a su entorno. Todas denuncian una epidemia que -como dice la directora- «iguala al Planeta».

Estos ocho años de trabajo en el documental han supuesto una gran inversión personal y emocional para Chelo, quien entiende su obra como «una herramienta que mueve a la gente. De hecho tenemos psicólogos en todos los pases porque hay quienes entran en catarsis». Pero hay que airear y desenterrar; hay que romper con el silencio que envuelve los abusos sexuales, dice por experiencia propia. «Al principio duele, pero es la única forma de sanarnos nosotros y la sociedad entera».  LEER MÁS